Las tradiciones de las bodas dicen que la novia se tiene que casar con algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul.

Pues para lo viejo y prestado os proponemos algo distinto y original: casaros con el vestido de novia de vuestra madre.

Hoy en dia pocas son las novias que eligen el vestido de su madre para pasar por el altar, pero, ¿por qué no dar una segunda oportunidad a ese vestido que ha tenido un significado tan especial para nuestras madres y reutilizarlo en el dia de nuestra boda?

Es una bonita forma de homenajear a esa persona tan importante, de demostrarla que es una de las personas más importantes de vuestra vida.

Además, para aquellas novias que les guste lo retro seguro que con un vestido de novia de la época de sus madres consiguen ese estilo vintage tan de moda hoy en día.

Todo dependerá también un poco del estado de conservacion del vestido.

¿Qué tendremos en cuenta en este tipo de vestido de novia?

Está claro que va a haber que hacer retoques y arreglos, hay que revisarlo muy bien para descubrir los posibles fallos, hay que llevarlo a limpiar y tratarlo e incluso se puede acudir a talleres especializados que se dedican a la restauración de este tipo de prendas.

Y tampoco tiene por qué ser el vestido literal de vuestra madre, se pueden hacer modificaciones y cambios, adaptarlo a vuestro estilo, darle un toque más actual y personalizarlo a vuestro gusto.

Imaginaos la cara de los presentes a la boda, sobre todo de los que asistieron a la boda de vuestros padres, cuando os vean aparecer con el vestido con el que se casó vuestra madre, seguro que es un momento plagado de emociones, de lagrimas, de sentimientos y de recuerdos.

Utilizar el vestido de vuestra madre en vuestra boda está cargado de un valor sentimental incalculable, va a ser un momento mágico y de ilusión y una forma de crear un vinculo todavia más especial entre madre e hija.

Y bueno, quien sabe,  a lo mejor se crea una tradición y en un futuro es vuestra hija la que os pide el mismo vestido para utilizarlo el dia de su boda, y sintais la misma emoción y orgullo que sintió vuestra madre el dia que vosotras os casasteis.